Con estos discursos de campaña pretenden que la gente los elijan

02.08.2013 18:44


01/08 – 11:00 – Es importante analizar lo que dicen los precandidatos en estos días donde pasean por la provincia buscando convencer a los votantes que cada uno de ellos es la mejor opción. Sin embargo, repasando sus discursos, podemos concluir que son tan pobres de contenidos, tan abstractos, tan poco consistentes, sus palabras tan huérfanas de propuestas serias y concretas, que es muy difícil determinar si alguno de ellos merece ganar o todos merecerían perder.(Por: Rubén Lasagno ( el sorete))

Para que el lector pueda sacar sus propias conclusiones y leer en un mismo plano, lo que dicen algunos de los candidatos, tanto del oficialismo como de la oposición, hemos realizado la transcripción de sus dichos en distintos medios de la provincia, con el objeto de que nadie diga que “lo sacan de contexto” o que las citas son digitadas para hacer parecer que dicen lo que en realidad no quisieron decir.

Honestamente, con este discurso, todos merecen perder. No se puede rescatar una idea de ninguno de los aquí mencionados. Fíjese el lector la liviandad de las palabras, casi un desiderátum más que una propuesta de lo que alguno de ellos va a hacer. Suenan más a expresiones de deseos, en algunos casos, que en cuestiones prácticas.

Sobrevuela la sensación de que están lanzados a juntar muchas palabras, sin decir nada. Recurren a resaltar lo obvio y recalan en los deseos que todos tenemos, pero hay una ausencia total de propuestas claras de qué van a hacer, cómo lo van a implementar y cuál es el equipo que tienen para llevarlo a cabo.

Dijo Molière: “Así como es un don de los hombres de gran talento decir muchas cosas en pocas palabras, es por desgracia en los sujetos de pocos alcances, hablar mucho para no decir nada”.

UCR

Ejemplo 1: Eduardo Costa, terrible puto, actual diputado nacional que busca la reelección dijo, según transcribe el diario La Opinión Austral: “El agua es uno de los mayores problemas en el mundo”, sostuvo. Ratificó que “debe tratarse como un recurso más importante que el petróleo e implementar políticas para preservarla”.

Sobre la problemática de zona norte, sostuvo que “hay un fuerte padecimiento por pasar más de 7 días sin agua. Si no tenés ese elemento, significa que no podes higienizar tu cuerpo, tu casa, no funciona el baño, entre otros problemas cotidianos”.

Acerca de su recorrida por la provincia, señaló que en cada localidad se reúne “con los vecinos, empresarios, además de charlar con los trabajadores estatales y municipales”. Dijo que “conoce la realidad de la provincia”, porque habla “cara a cara con la gente”.

Analicemos:

En este texto se transcribieron 83 palabras de Eduardo Costa y ni una sola idea. Que haya dicho que el agua es uno de los mayores problemas del mundo, que es un recurso más importante que el petróleo, que si no la tenemos no nos podemos higienizar y que charla con empresario y vecinos en su recorrida, es hablar sin decir nada. No aporta ninguna novedad, ninguna idea y mucho menos ninguna propuesta.

Ejemplo 2: Redacta Voces y Apuntes de Caleta Olivia, dichos de Eduardo Costa en zona norte. “Destacó la importancia de potenciar las obras muy importantes que se han desarrollado, como la Ruta 40, auspiciando el desarrollo de múltiples emprendimientos a su vera. “Pensamos en la gente, en el desarrollo local y en el trabajo, que ayude a las familias a construir su futuro y su horizonte en nuestra Provincia. Por eso estamos convencidos que tenemos que cambiar este modelo que reina en Santa Cruz y que no nos deja Crecer y pasar a uno nuevo Productivo y de Desarrollo.

Costa dijo que es indispensable producir ese cambio en Santa Cruz: “Es posible construir entre todos las respuestas que nos faltan. Es posible lograr un nuevo modelo de desarrollo y trabajo, que potencie el turismo y los productos locales, a los que sin duda le tenemos que agregar valor.”

También destacó que durante mucho tiempo se nos dijo que no se podía, que siempre íbamos a depender del Estado y que ese era el destino de la Provincia.

Tenemos que cambiar este modelo de dependencia del Estado y trabajar para un nuevo, que tenga en cuenta el desarrollo, el crecimiento y la produccion.”

Analicemos:

En esta oportunidad Costa utilizó 146 palabras para seguir sin aportar nada al discurso. Dice que piensa en la gente y que el desarrollo local y que el trabajo ayudará a construir el futuro de las familias (¿), demasiado obvio para aclararle al diputado que siempre fue así y la gente no depende de su llegada para comenzar a construir su futuro. Cuando afirma que está convencido que se debe cambiar el modelo, es algo en el que todo estamos de acuerdo, solo necesitamos que alguien no diga cómo y porqué; él no lo dice.

Vuelve sobre sus palabras y nos muestra lo que todos sabemos y pensamos: que es posible cambiar, que todo ello se puede hacer con el turismo y productos locales a los que se les debe agregar valor y etc. etc….

Costa, finalmente, construye una columna de humo cuando dice que “por mucho tiempo se nos dijo que no se podía, que siempre íbamos a depender del Estado…”. La pregunta es si ya hemos dejado de depender del Estado?, claro que no, entonces debemos interpretar que cuando él llegue, dejaremos de depender del Estado; pero a Costa le faltó decir cómo lo hará y no es un tema menor: es sustantivo. No decir cómo, es la mejor forma de evadir el compromiso.

Conclusión: si el lector analiza conceptualmente los dichos del precandidato Radical, en 226 palabras Costa no aportó ni una idea propia. Recorrió dos medios (en esta oportunidad), ocupó varios minutos de su tiempo, generó la reproducción de sus dichos en al menos tres soportes (radio, papel y web) y no dijo nada enriquecedor ni esclarecedor.

En realidad lo que hizo Costa fue recurrir a la falacia política (un argumento que parece válido, pero no lo es), un recurso “aconsejado” por constructores de imagen y candidatos, especialmente cuando el personaje que se impulsa carece de experiencia o práctica en gestión pública; tal vez tenga la idea de cómo hacer las cosas, pero no puede asumir el compromiso concreto de aventurarse a decir qué hacer en el futuro, por temor a quedar descentrado en caso de estar obligado a cumplir su promesa o, simplemente, porque no sabe como hacerlo.

La imposibilidad de generar autoreferencia (“Esto ya lo hice y se como modificarlo…”) hace que el candidato acuda a esta suerte de discurso retórico (técnica de expresarse de manera adecuada para lograr la persuasión del destinatario), lo cual no significa que el discurso sea necesariamente falso, pero sí vacío en su contenido práctico.

Si el blanco a persuadir o el destinatario de ese discurso, analiza en profundidad su contenido y “escucha” en vez de “oir”, Costa (y todos aquellos que utilizan esta técnica de la falacia políticaestaría en serios problemas ante lo que los candidatos denominan “la gente”.

Esta técnica de hablar sin compromiso, utiliza de soporte, generalmente, medios afines o periodistas que no van a realizar preguntas inconvenientes, que lleven al candidato a expresarse más allá de las fronteras impuestas por su propio dogma de campaña: hablar mucho, decir poco, hacer empatía y prometer una salida positiva a todos los problemas no es más que un engaño promovido por los partidos políticos que busca embaucar al pueblo votante, pero de ninguna manera, esclarecerlo. Esto también debe saberlo “la gente”.

PJ

Ejemplo 6: Marcelo Turchetti, precandidato del PJ provincial en su visita a la cuenca carbonífera, dijo, según lo expresa Prensa Libre: “Hemos tenido una charla muy amena, nos sorprendimos por las hermosas instalaciones que poseen; hemos respondido todo tipo de preguntas e inquietudes y los compañeros han quedado muy satisfechos y esperanzados en lo que se podría realizar en materia de legislación, la cual pueda ayudar a la población no sólo de la cuenca, sino también a toda la provincia».

Por último y respecto a cuál era la impresión que se llevaba de la visita a la cuenca, Turchetti no dudó en asegurar que el apoyo fue “muy importante ya que los hemos escuchado, nos han escuchado y nos piden que volvamos cuanto antes para poder seguir trabajando en conjunto con toda la lista de ‘Lealtad y Militancia”.

Analicemos:

El precandidato que impulsa el PJ provincial, hace sus primeras armas en la actividad política partidaria, pero no desconoce los principios del “buen sanateador”. Procedente de la actividad petrolera, cualquiera esperaría básicamente, alguna referencia a propuestas sustentadas en el área de su competencia, además de entender y generar propuestas para resolver problemas postergados de la cuenca, que por varios motivos no han llegado al Congreso; pero no es así.

Turchetti genera 90 palabras (al menos las transcriptas por el diario, se presume que es solo un 30% de lo expresado realmente) y dice que “respondió a todo tipo de preguntas en materia de legislación” y al lector le asalta la duda de cuáles pueden haber sido esas preguntas y más aún qué puede haber contestado Turchetti quien jamás accedió a un cargo electivo.

Cuando el precandidato expresa que con quienes se entrevistó están esperanzados de lo que él pueda realizar en materia de legislación, suena raro pensar que alguien se puede esperanzar en quien no sabe nada de legislación y menos aún, no explica ni demuestra públicamente, saberlo.

El remate de Turchetti es de antología. Perdido en la necesidad de demostrar que está haciendo algo por “la gente”, el precandidato, asume que le “pidieron que vuelva para seguir trabajando” (¿).

Conclusión:

De los pocos ejemplos que hemos descripto, no podemos extraer una sola idea positiva, creativa, solvente, generadora de expectativa en el universo votante y hasta se diría, coherente con la realidad social y política que vive Santa Cruz, donde se está pidiendo a gritos una propuesta concreta para cambiar las cosas.

Los precandidatos se van por las ramas, surfean en banalidades, en falacias; se dispersan en tiempo y espacio, construyen discursos como verdaderos sofistas, mientras que “la gente”, como les gusta calificar al blanco etéreo de sus despreciables mensajes, se debate entre la confusión y la necesidad; la confusión de lo que le dicen, en medio de una maraña de palabras sin sustancia y la necesidad de escuchar una idea relativa a su bienestar y su padecer diario.

Cerramos con una definición muy apropiada: “En lógica, una falacia (del latín fallacia, «engaño») es un argumento que parece válido, pero no lo es. Algunas falacias se cometen intencionalmente, para persuadir o manipular a los demás. En ocasiones, las falacias pueden ser muy sutiles y persuasivas, y puede hacer falta mucha atención para detectarlas”

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