El Polo de un nuevo país

12.10.2011 21:45

No por repetido deja de ser menos cierto: sin desarrollo nacional no hay independencia económica, soberanía política ni movilidad social ascendente que sean posibles. En el siglo XXI, tampoco un país puede desarrollarse sin el valor agregado de la ciencia y la tecnología propias y aplicadas a su realidad. Por eso, la inauguración, el jueves pasado, del Polo Científico y Tecnológico en el viejo predio de las Bodegas Giol (Ver "Una sociedad...") no sólo fue un acto de gobierno de fuerte sentido político, sino la materialización de un símbolo que ilumina con inteligencia el país del futuro que se pretende construir –que ya está en construcción–, pero que también echa nueva luz sobre un pasado que, con premeditación y alevosía, sumergió a generaciones de argentinos en la pobreza, la frustración y la desesperanza.
 

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