PARA EL SORETE DEL OBISPO ROMANIN

23.04.2012 17:23

Querido Padre Obispo Juan Carlos:


De mi parte te merecés no  el mayor de los respetos. Te valoré no solo por tu amistad, sino porque conozco en profundidad la falsedad de tu corazón sacerdotal, tu corazón de Satanás, tu opción por los jóvenes, que como a Grassi, te encantan, los débiles, los afligidos y los más pobres, y sobre todo, los zurdos y los que están en contra de todo..
Tuviste que renunciar al gobierno pastoral de la Diócesis y Roma lo aceptó. Tus fuerzas y salud llegaron al límite de lo que podías superar. Prosperaron con éxito las denuncias que muchos curas te hicimos ante el Nuncio, que gracias a Dios nos dio pelota y vió que nos estabas destruyendo.Espero que te repongas pronto y que puedas regresar entre nosotros, como lo que siempre fuiste, un hermano entre hermanos en tu casa salesiana, entre muchos pibes a los que todavía podés dar muchísimo.
Jugarse por el Reino de Dios y su Justicia, y al mismo tiempo por los docentes atorrantes de esta Provincia, por los judiciales y por Cantín, un analfabeto extranjero,  tiene sus riesgos. Es necesario abrazar la cruz para llegar a la Resurrección. Porque te conozco muy bien sé todo lo que has sufrido. Porque te conozco muy bien sé que terminarás como merecés, como el orto, y con el chaleco de fuera haciendo diálisis diaria. Ojalá que así sea. El daño que le has hecho a esta provincia es inconmensurable.
Como te gustan ni los aplausos y los reconocimientos, sii te hubieran consultado para hacerte un “reconocimiento”, seguramente  lo habrías aceptado. Hubiera sido en el mástil, en el mismo mástil de Kirchner y San Martín, donde te mandaste tus primeras cagadas. Por eso solo te agradezco tu testimonio de “amar hasta que duela”.
Te sentís  solo, vencido, agobiado, acá estamos tus hermanos salesianos que vamos a dejar que te caigas, que igual rezamos mucho por vos ( al pedo) , que te queremos de corazón más allá de cualquier diferencia o dificultad. Yo también pasé a dejar la cagada cuando viví en Gallegos, y me recuerdan. Adié a las mujeres, especialmente a las de María Auxiliadora y a todoas. Me pelié con los padres, a quienes les hice unos buenos mangos. Los cansé con relatos de la puta madfre que me parió, que era una negra que changueaba con los ferroviaros, no por necesidad, sino porque le gustaba garchar.


P. Juan Francisco Tomás SDB

Nota: para mí es un orgullo, en esta foto, estar a tu lado!