Río Negro potencia la crisis radical. Cagaron Fuego. Costita…abrí el orto….con la que se te viene…..

 

Por Carlos Tórtora para el OPISANTACRUZ . RUBÉN LASAGNO

La crisis interna de la UCR escaló ayer hasta un nuevo nivel. Derrotados ayer -y por amplia diferencia- el candidato radical de Concertación para el Desarrollo, César Barbeito, y su mentor, el gobernador Miguel Saiz, son declarados adversarios del pacto Alfonsín-De Narváez y nunca negaron su gran proximidad con la Casa Rosada. De nada les valió esto, porque el ex duhaldista y ahora kirchnerista Carlos Soria los sobrepasó por 20 puntos. Así las cosas, los dos gobiernos radicales pro K que este año intentaron prolongarse en las urnas fueron desalojados por sus amigos cristinistas. El primer caso fue el de Eduardo Brizuela del Moral en Catamarca el pasado 13 de marzo, que cayó ante Lucía Corpacci (FpV) por escaso margen. El hecho de que Barbeito y Saiz no figuren entre sus amigos no es demasiado consuelo para Alfonsín. La derrota de ayer en Río Negro es un presagio fúnebre para el 23-o. Ya son muchos los dirigentes radicales convencidos de que Alfonsín obtendrá en la primera vuelta cerca de 2 puntos menos que los 12,2 que consiguió en la primaria del 14 de agosto. Ayer Julio Cobos, anticipándose a los resultados de Río Negro, avivó las llamas de la interna. En una entrevista ofrecida a MDZ, reiteró que a partir del próximo 10 de diciembre se tomará un “descanso” de la función pública y también descartó la posibilidad de presidir la UCR, aunque dijo que sí buscará “colaborar” en el proceso de renovación.

“Espero que mis correligionarios hagan por lo menos una autocrítica si las cosas no salen bien y les den la posibilidad a muchos intendentes jóvenes que tienen otra visión y que forman parte de una nueva generación”, subrayó.

La realidad es que, como se ve, los radicales están fracasando electoralmente en todas sus variables. La candidatura de Alfonsín está en crisis y los radicales K ya perdieron dos gobernaciones en seis meses. Sólo le quedan a la UCR dos gobiernos provinciales, totalmente encolumnados con CFK, como son los de Santiago del Estero (Gerardo Zamora) y Corrientes (Ricardo Colombi).

Es comprensible, entonces, que la consigna partidaria sea el sálvese quien pueda. Uno que la puso en práctica es el candidato radical a la gobernación de Mendoza, Roberto Iglesias, impulsando el doble enganche de la boleta partidaria con Hermes Binner y con Alfonsín.

 

El adiós del Colorado

Pero el nudo de la crisis radical está obviamente en Buenos Aires, donde ayer Alfonsín fue nuevamente castigado por su aliado De Narváez a través de la presentación ante la Junta Electoral de las nuevas boletas para octubre. De los seis cuerpos que tendrá la papeleta electoral, sólo el de la fórmula presidencial que integra Alfonsín con Javier González Fraga será de color blanco. El resto de las nóminas figura en la boleta con el rojo, el color que caracterizó desde el inicio de la campaña electoral al sector del dirigente del PJ disidente. Esta separación de colores anticipa algo peor. Los términos del acuerdo en marcha entre el empresario y Alberto Rodríguez Saá no dejan lugar a dudas. Ya vetada por la Junta Electoral la candidatura a gobernador de Adolfo Rodríguez Saá, la alianza que postula para presidente a su hermano Alberto, Compromiso Federal, impulsaría el corte de boleta. O sea, candidatos de Rodríguez Saá para cargos provinciales con De Narváez para gobernador. Pero el punto crítico sería la contraprestación. De Narváez se comprometería a repartir entre sus huestes boletas cortadas de la UDESO (para cargos provinciales) con la del puntano para presidente. No pocos descreen que estas operaciones de corte puedan organizarse en forma realmente masiva, lo que exige una enorme organización. Pero sí sería importante la profundización de la crisis de la UDESO en plena campaña electoral. Los candidatos radicales de esta alianza a cargos provinciales se ilusionaron días atrás con que Rodríguez Saá retirara sus listas para apoyar a las de De Narváez, algo que finalmente no ocurrió.

Allegados al bunker de Las Cañitas sostienen que De Narváez tiene plenamente asumido que no podrá vencer a Daniel Scioli. Pero sus cálculos son otros. Si consigue superar los 20 puntos, conseguiría anotarse como uno de los pocos sobrevivientes del colapso del peronismo disidente. Esto es, el probable eclipse no sólo de Eduardo Duhalde, sino de Carlos Reutemann, Mario Das Neves y también de Felipe Solá, cuyos movimientos pendulares le hacen perder credibilidad.

Para la Casa Rosada, la conmoción que se va apoderando de la UCR le simplificaría las cosas en las dos cámaras del Congreso, donde los bloques radicales sufrirán seguramente las consecuencias del fracaso de la UDESO.

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